De los lejanos mares más allá
de las montañas
cargando en su conciencia
palabras más antiguas que las piedras
Y más poderosas que las raices de un árbol.
Esparció semillas por doquier
de hermosas flores el corazón
del hombre debia florecer
más en muchos suelos infertiles
la semilla no creció
estancada la rama se perdió
de venenos rencorosos
y de aguas orgullosas se alimentó.
Mas algunas dieron frutos
sabrosas y dulces crecieron
no sin un tropezon
amainando con menguar
se enderezaron a tiempo
y árbol de tronco poderoso
fueron, dando fruto a miles más.
Hoy sentado mirando estrellas
ha de estar
teniendo presente el horizonte
pensando en sus tierras
lejanas más allá del Mar.
Canta con nostalgia
llora las semillas infundadas
y los frutos mal nacidos.
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